El Valle del Loira también es conocido bajo el nombre 'el centro de Francia' y geográficamente se extiende desde las ciudades de Chartres hasta Châteauroux y desde Tours a Bourges. Esta región incluye los departamentos administrativos de: Eure-et-Loir, Loiret, Loir-et-Cher, Indre, Indre-et-Loire y Cher. Esta parte de Francia incluye la famosa región de los Castillos del Loira, que es, después de la Costa Azul, una de las regiones más visitadas del país.
Se puede decir del Loira que es un puro entretenimiento visual. Aunque es el río más largo de Francia, su trazado es muy caprichoso y durante mucho tiempo su caudal no se ha podido utilizar para nada: no es navegable en muchas partes y no tiene molinos. Por eso ha sido llamado a veces el gran río "inútil", ya que se puede decir que el Loira sirve sólo para adornar. Cada uno de sus afluentes tiene su propio carácter. El Cher es un río reservado, de corriente lenta, que fluye tranquilamente a través de prados y bosques. El castillo Chenonceaux, está situado literalmente en el río Cher. Fue un molino activo durante la época medieval, cuando el Cher corría vigorosamente, y posteriormente fue transformado en el que es posiblemente el más bello de todos los castillos franceses. Sus habitaciones van de una orilla a la otra sobre una delicada sucesión de arcos. El desarrollo del castillo debe a que fue posesión de muchos y poderosos nobles, y su encanto es de naturaleza indudablemente femenina. El Indre es un río de reflejos tranquilos. Lirios y sauces llorones crecen a sus orillas. El Castillo de Azay-le-Rideau fue diseñado para mostrar estas cualidades y está construido al lado de varios lagos artificiales pequeños, cada uno de ellos refleja un aspecto del edificio. El agua se mueve por el río y entre los lagos por una serie de canales que dejan oír sus murmullos. Los jardines de agua y los reflejos de la imagen tallada exterior del castillo compensan el interior algo opaco. El Vienne es esencialmente un amplio riachuelo. Se desliza con gracia por debajo de las paredes del viejo Chinon, donde tuvieron lugar varios capítulos importantes de la historia francesa. El Castillo de Blois, uno de los más bellos arquitectónicamente hablando, es el más interesante en términos históricos. Se encuentra en el centro de la ciudad del mismo nombre, dominando las casas de piedra y enclaustrado por sus murallas. Chambord se encuentra a varios kilómetros al sur del Loira. Es el castillo más imponente y grandioso. Esta construido en una fosa en el centro de un extenso campo confinado por bosques, el edificio posee una simetría majestuosa. En contraste, el techo es un revoltijo de chimeneas desorganizadas y de apartamentos excéntricos. Algunos han atribuido la extraña escalera de doble hélice a Leonardo da Vinci. Estos castillos son los mejor valorados de entre todos los del Loira, y generalmente son los que se visitan en los viajes organizados. Sin embargo, se pueden visitar muchos otros e incluso se puede pasar la noche en alguno de ellos. Para obtener una lista completa de todos los castillos ponerse en contacto con la Oficina de Turismo Francés más cercana (ver direcciones de interés). El Valle del Loire es de clima templado y es muy visitado por los turistas en verano.
Además de los castillos se pueden visitar las Catedrales del siglo XIII de Chartres y Tours; así como abadías, casas y pueblos pintorescos asentados a la orilla del río. La ciudad de Orleáns, que es famosa por su asociación con la heroína nacional francesa Juana de Arco, merece ser visitada por su Catedral, Museo de Bellas Artes y Hôtel de Ville del siglo XVI. Otras ciudades y pueblos interesantes son Bourges, una ciudad del siglo XV con casas, museos y la Catedral de San Etienne, y Loches, al sureste de Tours, que tiene un bello castillo y un interesante centro medieval amurallado. Fue en el corazón de Touraine (a la que se le conoce como 'el jardín de Francia') donde se des arrolló la cocina francesa.



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